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Formado por la naturaleza y refinado a mano, este portavelas está tallado en piedra de río genuina encontrada en los tranquilos ríos de Indonesia. Su diseño de doble luz nocturna proporciona un resplandor equilibrado y calmante que refleja la armonía entre el agua y la tierra.
Cada piedra es completamente única en color, forma y textura, una pieza irrepetible moldeada por el tiempo. La superficie natural contrasta hermosamente con la suave luz de dos velas de té, creando una sensación de calidez y quietud en cualquier habitación. Ideal para espacios conscientes, rituales nocturnos o interiores minimalistas, encarna la belleza cruda y la sencilla artesanía.
Acabado a mano por artesanos locales utilizando herramientas tradicionales, la pieza celebra el poder silencioso de la naturaleza. Un objeto atemporal que transforma la luz en calma. Nota: las velas de té no están incluidas
